domingo, 8 de abril de 2007

Literatura, el arte en las sombras que iluminan

LA LITERATURA, EL ARTE EN LAS SOMBRAS QUE ILUMINAN

Lectura sobre lo comparativo en la literatura y el arte.

Todo hecho, llámese literario, lingüístico, cultural, político , musical es comparativo; tanto en su estructura interna como externa. O sea, el hecho literario, en nuestro caso, tiene una " influencia " * 1 o mejor una lectura que mantiene su carga en la creación artística, pues al hacer una análisis concienzudo de una obra en particular tiene elementos que están presentes en otras creaciones y que, de una manera u otra, configuran un microcosmos literario, particular y " original " de la obra. A su vez, la creación vista como un todo también posee " lecturas " que se filtran y transitan por la obra. Tal vez por ello, al leer una obra estamos sumando nuestras lecturas y las lecturas que tuvo el autor; en sí el proceso de lectura, como conocimiento, es a la par un reconocimiento, es volver a reconocer las huellas que dejaron los otros en nuestro recorrido.
Si, el conocer y reconocer se dan de una forma simultánea y volver a la palabra es volver el pasado, a un momento, unos personajes y un espacio que han encontrado en la memoria un lugar, para que al leer se vuelva a reconocer la brecha. Parodiando a Alvaro Mutis, en su poema Amén, podríamos decir que la lectura de una obra es una conjunción de mundos:

" ... se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha..." * 2
El reconocer las marcas nos permite entender y determinar el objeto ante nosotros, proporcionándole un contexto, una información, una serie de lecturas previas, una carga de experiencias y expectativas previas relacionadas con el mismo. Ahora bien, la búsqueda incesante de analogías nos acercan a rasgos que relacionan la obra, nueva para nosotros, con un contexto o medio reconocible. En el caso de la creación original o la innovación, radica esencialmente, su aporte , en que nos acecha y nos deja estáticos y a su arbitrio por carecer de lecturas pasadas o precedentes, que nos lleven al regreso o al reconocer las marcas de otras lecturas, aunque en el fondo somos conscientes y estamos seguros que los mensajes inocentes no existen, que en cada lectura hay una urdimbre intangible de lecturas y experiencias nacidas en aquella caja de resonancia, la mente, de presupuestos históricos, culturales, literarios y familiares, entre otros. Vistos desde una óptica interpretativa o desde una hermenéutica literaria, está lleva en su seno la comparación, por más extensa que sea su posible Originalidad; pues al detenernos y ampliar el mundo literario, tanto en el pasado como en el presente, las huellas hacen sentar su presencia y las lecturas han atravesado al autor y la obra. Si nos detenemos un poco y nos remontamos a la función y característica del lenguaje comprenderemos que por su naturaleza nos llega cargado de historia y de una manera aterradora con el poder de quien domina el discurso. Roland Barthes dice al respecto: " El lenguaje, por esencia, es fascista ya que no permite decir sino que obliga decir " e indiscutiblemente en el relato oral y/o escrito encontramos esa confrontación, que nos deja ver Barthes; porque al pasar por una lectura no salimos igual y ella, la lectura, nos plantea una serie de interrogantes y liberación de expectativas hacia el interior, que más adelante en la creación artística, hacen explosión por parte del autor, para que a su vez dejen y liberen expectativas. En síntesis, el proceso de lectura y la creación es un círculo o cosmos de explosiones estrictamente ligadas con un contexto. Así lo comparativo esta presente y es innato en la creación, con todas y cada una de sus resonancias. George Steiner, en su obra Pasión Intacta nos presenta una bella metáfora:
" El artista se regocija con la utilización de este legado. Se instala en una casa ricamente amueblada, cuyos espejos, por así decirlo, irradian presencia de anteriores inquilinos... si un poeta fuese capaz de construir un nuevo lenguaje, una nueva sintaxis, para hacerse entender debería enseñársela primero a él mismo y después a los demás. En este movimiento " locuaz " comenzaría a construirse la prisión del lenguaje..." * 3
Desde un principio el comparar es indagar y desentrañar aquellas estructuras o aspectos que están implícitos y que si intentáramos retroceder, cuanto nos fuera posible en el pasado, no tardaríamos en encontrara parentescos entre las diferentes manifestaciones del hombre; por ejemplo, en la lingüística comparada y en las influencias de una lengua en otra, ya sea por estrato o superestrato; en la mitología comparada y los parentescos universales del diluvio, el pecado "original ", los dioses y las funciones en la naturaleza, las analogías entre el tratamiento de tópicos semejantes en el terreno de la literatura; por ejemplo: El Rey Lear y Papá Goriot o el caso de Edipo Rey de Sófocles, la epopeya en verso de Gregorius, del poeta alemán Hartmann Von Aue, que a su vez la recogió del poema francés anónimo Vie de Saint Gregoire, compuesto hacia 1190 y la obra " El Elegido " de Thomas Mann de 1.951:
" La leyenda del incestuoso [ y en Thomas Mann "El Elegido" ] Gregorio es una versión de final no trágico que podemos ver como una variante del tema mítico de Edipo. Pero el motivo del incesto aquí es doble, se desenvuelve de modo extrañamente ágil y se desliza luego hacia una trama cristianizada y piadosa con un sorprendente final feliz ... " *4
De tal manera, que la indagación hermeneútica, la trama análoga, la semejanza o comparación son una constante en la aproximación literaria, cultural y/o social. Llámese hermeneútica o comparación del hecho artístico, nos lleva a sustentar lo que Román Jackobson llamaba " la transmutación " o al movimiento de un texto hacia otros medios para dejar así la posibilidad de una obra abierta. Abierta a la multiplicidad de visiones que se aproximan y tratan desentrañar esa estructura intangible de la palabra en el libro y la transmutación o movimiento de aquella estructura o sensación intangible que nos queda cuando leemos una obra y pasa a otra o nos obliga, como el lenguaje, a tomar otra referencia parecida o a cualquier acto de nuestra existencia, pues para un lector es casi imposible desprenderse de la imagen o el discurso de un personaje o autor porque en toda obra, con trama semejante a otra, siempre vamos a encontrar voces y sombras que iluminan la creación misma.


* 1 El término influencia se define como el efecto que produce una cosa sobre otra o una fuerza que se ejerce sobre otra persona. En mi caso considero que este término excluye cualquier posibilidad de lectura literaria del lector, herencia cultural, y connotaría la exclusión de voz por parte del lector y/o autor. O sea, hablar de influencia es imponer por la fuerza o por voluntad su visión, decisión o determinación al otro, al que se lee. Visto así, el término lectura implica pasar por la lectura con un criterio, con una visión decantada de lo leído.
* 2. Mutis. Alvaro. Poesía y prosa. " Los trabajos perdidos " Biblioteca Colombiana. Colcultura. Pag. 63. 1981.
* 3 Steiner. George. Pasión Intacta. Editorial Norma. Colección Vitral. Bogotá. pags 137-138. 1.997
*4 . Mann. Thomas. El Elegido. Círculo de Lectores. Barcelona. pag 7 .1998

Autoridad, ideología y violencia por Chaim Perelman


Autoridad, Ideología y Violencia.
Chaim Perelman.

Traducción: Alfredo Motatto

Las manifestaciones políticas, las campañas de desobediencia civil y la contestación universitaria, extendidas a través del mundo en los últimos años, han sido presentadas por todas partes como una rebelión contra la autoridad, esta viene identificada con el poder, que gracias al uso de la fuerza publica, constituye una amenaza continua a la luz de las libertades individuales.

Es de esta manera como aparece, opuesta a la libertad, la autoridad y que Stuart Mill, en su célebre estudio Sobre la Libertad dice:

¨La lucha entre la libertad y la autoridad es una línea divisoria en las épocas históricas y que nos parecen familiares, con relación a las historias griega, romana e inglesa... Por libertad, es entendida la protección contra la tiranía de los gobiernos políticos... hace un tiempo, en general, el gobierno estaba ejercido por un hombre, una tribu o una casta que se imponía el derecho y autoridad de conquistar y de sucederse, pero en todo caso no tenían el consentimiento de sus gobernados, y al cual los hombres no osaban ni deseaban quizás responder o contrarrestar la supremacía de los otros... ¨ Stuart Mill continua su exposición pero no utiliza el termino ¨Autoridad ¨ y lo reemplaza regularmente por el ¨Poder¨ como si los términos fueran sinónimos. Pero son intercambiables estos términos ? Si hablamos de aquellos que detentan el poder diremos ¨las Autoridades ¨ y entenderemos que su poder es reconocido y se liga a estas una sumisión respetuosa y de la cual procede una fuerza también, los dos términos llegan a ser considerados como sinónimos. LITTRE nos dice, en una nota, sobre la palabra Autoridad, donde esta admite que ¨una parte de su empleo es de dos palabras o que viene de dos palabras muy vecinas la una de la otra ¨ pero también tienen una restricción ¨ como autoridad es la que autoriza y como poder es la que puede también, hay siempre en la autoridad una matiz de influencia moral que no necesariamente esta implicada en el poder ¨ .

En realidad, en el siglo XVIII, estas dos nociones estaban concebidas como opuestas en el hecho y el derecho. Es de esta manera que el obispo y moralista ingles Joseph Buttler, en su segundo sermón, opone el poder de las pasiones a ala autoridad de la conciencia., esto seguido de la causa de su influencia del hecho que debería estar seguido de la causa de superioridad moral.

L´autoritas, en latín quiere dar a entender que el tutor lleva la voluntad del menor, validándolo: Él transforma una expresión de la voluntad, jurídicamente sin efecto, en un acto jurídicamente valido.

En una oposición del mismo genero Jacques Maritain, se refiere , en su importante estudio titulado ¨ Democracia y Autoridad ¨ publicado en el segundo tomo del Instituto Internacional de Filosofía Política, que consagró al Poder, expone las siguientes definiciones:

¨ Llamaremos ¨ Autoridad ¨ al derecho de dirigir y comandar, de ser escuchado u obedecido por otro; mientras que el ¨ Poder ¨ será entendido como la fuerza de la cual disponemos y de las ayudas por las cuales podemos obligar a otro a escuchar y obedecer. Justamente, aquel que esta privado de todo poder y condenado a la cicuta no se empequeñece - se engrandece- en autoridad moral. El gangster o el tirano en tanto ejerce un poder sin autoridad. Hay instituciones como el Senado de la antigua Roma, la Corte Suprema de los Estados Unidos, en las cuales la autoridad aparece de manera mucho más manifiesta y explícita, que ellas mismas, como instituciones, no ejercen funciones determinadas en el orden del poder... toda autoridad, desde que toca la vida social, demanda de un complemento ( bajo un modo cualquiera que no es necesariamente jurídica ) de un poder sin que se arriesgue a ser vano e ineficaz para los hombres mimos. Todo que no es la expresión de una autoridad es inicuo. Separar el poder y la autoridad, es separar la fuerza y la justicia ¨

Berthan de Jouvenel en su reconocido estudio ¨ Del Poder ¨ y ¨De la Soberanía¨ insiste en la importancia de la Autoridad en materia política:

¨ Llamamos Autoridad a la facultad de adiestrar el consentimiento de otro. Llamo Autoridad la causa eficiente del conjunto de voluntades. Cuando constato un conjunto voluntario yo veo el trabajo de una fuerza, que es la autoridad ¨

Sin duda un autor tiene el derecho de usar una palabra en el sentido que él quiera. Solamente si se advierte, de todas maneras, esto puede causar una confusión, si el sentido dado es demasiado lejano del sentido que habitualmente se recibe. Pienso en el caso cuando llamamos corrientemente ¨ gobierno autoritario ¨ aquel que recurre constantemente a la violencia y la amenaza, para hacer obedecer a los otros, gobierno en el cual es necesario decir , según mi definición, que falta autoridad suficiente para desempeñar sus designios, de manera que para lograr sus objetivos acude a la intimidación. Pero esta corrupción de la palabra es reciente y no podemos reemplazarla en su acepción tradicional. La misma deformación, señalada por Jouvenal, se encuentra en la identificación de la autoridad de la ley con el temor de la sanción pero en este hecho la policía no debe intervenir solamente por respeto debido a la ley no es suficiente por ella misma, para ejecutar su violación.

La autoridad se presenta siempre como un aspecto normativo, en este el derecho que debe ser seguido y obedecido. Tal autoridad de la cosa juzgada, la autoridad de la razón o de la experiencia. En efecto, quien posee el poder, sin autoridad, puede forzar a la sumisión, pero no al respeto.

En la tradición Judeo-Cristiana la autoridad es una noción no jurídica pero sí moral: ella es ligada, al respeto. El modelo de autoridad, así comprendido, es el del padre por sus hijos, que eduque y guíe, que indique que deben hacer ellos y que de que deben abstenerse, el que los inicia en las tradiciones, las reglas y costumbres del medio familiar y social al que serán integrados. Una autoridad derivada del padre y del maestro, que diga a los niños cuales es la manera correcta de leer y escribir, como deben considerar algo como verdadero o falso. El maestro lo dijo, magister dixit, es el ejemplo, por excelencia, del argumento de autoridad. En ningún caso, ni en la relación de padres y los hijos sometidos a su autoridad, ni en la del instructor de la escuela primaria, no puede ser cuestión de igualdad. En efecto, cada educación, cada instrucción misma, en cualquier dominio que sea, comienza por un periodo de iniciación, en el cual es difícil admitir la igualdad entre el iniciador y el iniciado. Es indispensable acordar alguna autoridad encargada de la iniciación, aunque así se trate de una relación entre adultos.

Para enseñar los principios rudimentarios de la química o del chino, es necesario que durante el periodo de iniciación el hincado se conforme a ciertas reglas, indicaciones e instrucciones. Toda critica supone el conocimiento del dominio, en el cual ella deberá ejercer. Es la razón normal por la cual que la instrucción primaria sea más dogmática que la secundaria, y que la universidad se caracterice por la formación del espíritu critico. Esto no es únicamente una cuestión de edad o de nivel de instrucción porque en la enseñanza universitaria, por desconocidas que son para el estudiante, tales como el chino, un periodo de iniciación será necesario e inevitable pero se hará sobre una manera conocida y habituada al espíritu critico de otras materias.

Separando todo el aporte de la Educación, Descartes ha sido amenazado por suponer la existencia de las ideas innatas en el espíritu de todo ser de razón, esto conduce a Rousseau, en su Emilio, a proponer la aberrante teoría, según la cual no hay necesidad de enseñarle ciencias a los niños: es necesario que los descubra por sus propios medios. Pero sabemos, hoy en día, que los métodos dichos aquí, necesitan indiscutiblemente, el concurso del profesor mucho más competente y creativo que los métodos tradicionales, donde el maestro y la rigurosidad han podido ser reemplazados por un manual.

El rol indispensable de la autoridad del padre y del educador a la mirada de los niños de poca edad, puede ser razonablemente contestada. El problema real es saber, en que momento y de que manera, las relaciones de autoridad, deben ceder el lugar progresivamente una relación de colaboración crítica. Y sobretodo cual es el rol de la autoridad entre las relaciones de los adultos.

Recordemos que en el dominio político y religioso, es muy común hacer el llamado a la imagen del padre, para expresar el respeto de un jefe carismático. El padre de la Patria es un jefe político, en el cual la acción ha sido, y muchas veces continua, creativa y protectora. Los ¨ padres fundadores ¨ de los Estados Unidos de América, son los ancestros que elaboraron la Constitución americana y que contribuyeron al respeto que se la ha confinado a dicho país. El culto de los ancestros es bastante común en muchos países de Africa y Asia. La tradición Judeo-Cristiana es reconocida en este propósito, porque para manifestar el respeto a Dios, el amor que le profesan sus feligreses estos le califican de Nuestro Padre, Nuestro Rey en el judaísmo, y en el Cristianismo en rezo diario comienza con las palabras ¨ Padre Nuestro que estas en los Cielos¨ El magisterio de la Iglesia tiene la autoridad del Padre y del maestro, entonces estos conocen las verdades sanas para la salud de sus fieles.

En la tradición Hebraica Dios es el que esta detenta el poder político y todo poder real no puede resultar de una delegación: el ungido del señor es el vicario de Dios, todo poder político emana de Dios y él es responsable ante Dios.

Es esta imagen del padre la que ha servido para presentar la Edad Media; la relación del señor a la mirada de sus vasallos; y más tarde para dar una buena conciencia a los colonizadores a la mirada de los pueblos de color; estos ¨ niños grandes ¨. El paternalismo que expresaba esta actitud es bien desconsiderada estos días.

La tradición filosófica de Occidente, después de Sócrates hasta nuestros días, ha sido siempre una actitud opuesta al argumento de autoridad; y esto en nombre de la verdad. Una de las razones de la condena de Sócrates, es que en nombre de la verdad, se oponía a la autoridad. Más tarde Bacon se opuso a la autoridad tradicional de los sentidos y la experiencia; Descartes es el de la razón. En el conflicto entre la Iglesia y Galileo, este oponía la observación y al método experimental a la autoridad de la Biblia y Aristóteles. Los filósofos del Siglo de la Luces han calificado de prejuicios todas las afirmaciones presentes en nombre de las autoridades religiosas o laicas.

Y efectivamente, cada vez que existen los métodos fundados en la experiencia, permiten aprobar el valor de una afirmación y el controlar la verdad, y ninguna autoridad no se le puede oponer: un hecho es más respetable que el excelentísimo alcalde. Por ejemplo, en un ejercicio matemático donde existen los recursos, hay experiencia de un cálculo, en cada uno de los individuos, sino se equivocan y llegan al mismo resultado, apelar al argumento de autoridad para justificar el resultado, no es solamente inútil sino bastante extraño. Para admitir que dos por dos son cuatro, no es necesario una autoridad, cuando los métodos que todo el mundo usa y aplica conducen a un mismo resultado y en cada uno de los individuos es igual, entonces invocar una autoridad es ridículo.

Durante siglos, la tradición Clásica, se ha apoyado sobre consideraciones tanto religiosas como filosóficas, ha pretendido que existe una respuesta verdadera a todos los problemas humanaos. Esta respuesta, que Dios conoce de toda eternidad, es que todo ser dotado de razón deberá esforzarse por encontrarla.

Pero es verdad que puede existir una repuesta verdadera a toda pregunta que el hombre pueda formularse desde condición de ser razonable ? Podemos admitir que esta verdad, es posible de encontrarla o al menos que existen los métodos que permiten aprobar toda hipótesis formulada con este propósito ? .

Es innegable que, un hombre con grandes dominios, cuando se trata de conocimientos el ideal de verdad prevalecerá sobre toda otra consideración pero cuando se trata de lo justo y lo injusto, lo bueno y malo, esto puede estimular o proscribirse; la pregunta que surge es : Existen criterios objetivamente controlables ? Podemos hablar de verdad objetiva en materia de decisión y de elección cuando se trata de indicar la conducta preferible ?.

Si este no fuera el caso, la razón podría guiarnos en la acción ? La idea de razón práctica es ella como lo creía Hume, una contradicción de términos ?.

Creo que hay un rol de la razón práctica, pero no necesariamente negativo: el nos permite separar las soluciones irracionales pero nada nos garantiza en materia práctica, la existencia de una solución racional: en este caso, si no la hay en materia práctica, una solución única, como la que nos proporciona la respuesta verdadera en materia teórica, la elección de la solución elevada, no es más que la razón, pero de la voluntad.

En esta perspectiva las leyes, las reglas obligatorias, en un Estado, son las que están presentes como la expresión de la voluntad del soberano, según buen numero de teóricos, después de Thrasymaque, que nos hace conocer Platón, hasta Marx, impondría a todas las leyes que le son favorables, porque son conformes a su propio interés.

Contrariamente los teóricos del derecho natural, según los cuales existen reglas objetivamente válidas, que el legislador del derecho debe buscar y promulgar, las reglas obligatorias, son la expresión de la voluntad del legislador, es normal en las cuales ellas son impuestas, demandan la participación y la colaboración, el acuerdo, el consentimiento, la participación y la colaboración directamente por medio de sus representantes.
Es así como después de la Carta Magna de 1215, que prometió a los nobles y burgueses que no les sería impuesto algo sin su consentimiento, de tal forma que hemos visto el desarrollo de una ideología democrática, según la cual los poderes no emanan de Dios o de sus representantes sobre la tierra sino de la nación y sus elegidos por acuerdo.
La ideología democrática se opone a la idea existente de reglas objetivamente válidas en materia de conducta, porque no decidimos en la mayoría casos que es verdadero o falso. Los que como Godwin, discípulo anarquista de Bentham, han creído que en materia de conducta hay un medio determinado objetivamente, esto es ¨el más útil y el hombre más grande ¨ , se han opuesto a la idea de que un legislador es indispensable para formular nuestras reglas de conducta. Y, en efecto, en materia científica no es cuestión de imponer su autoridad. Si cada uno posee en su corazón y en su conciencia, los criterios objetivos de lo justo y lo injusto, la idea de recurrir a cualquier legislador parecería no solamente odioso sino sencillamente ridículo.

Pero si , para nosotros, la anarquía significa no solamente la ausencia de gobierno sino también desorden es porque se trata de formar decisiones, de elaborar reglas, para que ciertas personas cumplan ciertas funciones, después de haber descartado las soluciones irracionales, es indispensable confiar en una persona o en un cuerpo constitutivo con poder para tomar una decisión reconocida. Solamente el poder legislativo puede formular reglas obligatorias en los límites de su territorio. Y como estas reglas pueden ser objeto de interpretaciones divergentes, es indispensable confiar en un poder jurídico, competente para hacerse pasar y valerse por derecho.

Los poderes constitutivos son encargados de dirigir una comunidad políticamente organizada sería muy poco eficaz si ellos solamente se sustentan sobre la fuerza para obligar a obedecer. Es esencial para el ejercicio del poder, que su legitimidad sea reconocida, que el ________ de una autoridad, que conlleve el consentimiento general de los sometidos. Este es el rol indispensable de las ideologías. Que ellas sean de tradición filosófica, religiosa o tradicional, ellas viven al lado de la verdad, la legitimizacion del poder. Seguida la legitimidad del resultado de su legalidad, es decir, el hecho que haya sido designado, conforme a cada proceso legal de elección y de nominación , supone que este consentimiento no sea contestado, que ellos concuerden en todas las acciones con la ideología reconocida, explicita o implícitamente.

En efecto, esto no es jamás un procedimiento científico que va a establecer lo verdadero o lo falso, o lo probable o improbable, esto permite justificar nuestras decisiones a las que les damos razones de escoger, determinar o preferir: los métodos científicos permiten establecer los hechos pero no se pueden considerar como razones de escoger o preferir.

Para ciertos filósofos positivistas o naturalistas, los solos motivos de nuestra acción consisten en el placer que ellos procuran o los sufrimientos que ellos evitan, en la satisfacción que puedan darnos o permitirnos, de asumir nuestros instintos, nuestros deseos de todas maneras. Todo juicio de valor sería camuflado de un interés, racionalización de un deseo. Toda ideología no sería más que una máscara mentirosa de una empresa puesta al servicio del más fuerte. Esta es la tesis que va desde los escritos de Marx a Nietzsche.

Efectivamente, la crítica filosófica de la ideología dominante, cuando ella esta puesta al servicio de los paralogismos o sofismas que pretenden la legitimación de un poder y fundar una autoridad, este es el precursor de la acción revolucionaria. Desde que el poder es reconocido como una simple relación de fuerzas, no dudaremos de oponer una fuerza revolucionaria al servicio de unos intereses antagonistas. Pero los participantes de la revolución no pueden oponer una fuerza revolucionaria que los proteja del orden establecido: debe además hacer apología ( propaganda. Alfredo Motatto ) al orden nuevo, que será más justo, más humano, que salvará al hombre de las diversas alineaciones, dándole la libertad perdida. De golpe otra ideología deberá ser elaborada para mostrar la superioridad del orden nuevo sobre el antiguo, el orden revolucionario sobre el orden establecido.

Como los métodos científicos no pueden estar al servicio de una causa para oponerse a los hechos, donde una ideología prevalece, no pueden criticar las razones que justifican sus preferencias en nombre de otra ideología, de otro ideal de hombre y de la sociedad, que la ideología dominante deberá ser criticada. Pero esta nueva ideología no podrá escaparse a la crítica ; el debate filosófico se presenta también como una lucha permanente entre ideologías que se esfuerzan por imponerse a todos en nombre de la verdad. Pero el hecho, de estas criticas donde una se opone a la otra, es una ocasión, para los unos y los otros, una excelente posibilidad de progreso espiritual porque cada uno en la medida que tenga en cuenta las objeciones del otro, modificará su posición cuando esta le parezca vulnerable. Después de un debate prolongado las posiciones serán diferentes a las que se tuvieron al comienzo.

Pero hoy en día, asistimos a la lucha entre ideologías, más que una contestación, haciendo hilo de toda construcción teórica y apoyándose en slogans inconsistentes y contradictorios, contentándose de oponerse al orden establecido, negando todo poder existente, toda autoridad. Esta actitud puede encontrar justificación en los que rechazan escuchar, en los que niegan la calidad del interlocutor y los cuales están obligados a recurrir a la violencia para hacerse entender. Pero la contestación, por más comprendida, no merece respeto, ya que solo puede prevalecer una ideología que reclame por ejemplo el respeto a la dignidad humana, a la instauración de una sociedad democrática. Solamente una ideología permite a los contestatarios justificar su revuelta pero con un llamado a la policía; por ejemplo el caso de los desordenes en las universidades, si solo hay una relación de fuerzas por qué indignarse, si los que defienden el orden establecido oponen a la fuerza la fuerza ?.

De hecho, la tradición en las universidades no es recurrir a una fuerza exterior para mantener la disciplina, es porque tradicionalmente, las universidades desconfían del poder, lo consideran una amenaza contra la libertad académica. Es en nombre de un valor, el respeto a la libertad académica, que no se hace un llamado a la policía, porque indiscutiblemente sería un atentado, un peligro para la libre expresión de las opiniones. Es porque las universidades son consideradas en Occidente como el santuario tradicional de la libertad de pensamiento y expresión, de la libre búsqueda de la verdad y de lo justo y que deben estar protegidos contra la violencia venga de donde viniere y es en nombre de la ideología que se recurre a la fuerza por ser prohibida. Pero si todas las ideologías recurren como unas racionalizaciones sin consistencia, si toda la vida política no esta presente como una relación de fuerzas, entonces no solamente el derecho del más fuerte es siempre el mejor, pero la idea misma del derecho desaparece para ceder el lugar solamente a la violencia.

En conclusión, para que la vida social y política no se resuma como una relación de fuerzas es necesario reconoce la existencia de un poder legítimo, donde la autoridad se funde sobre una ideología reconocida. La critica de esta ideología no puede hacerse en nombre de otra ideología, y este conflicto de ideologías en el que ellas sepan que ellas están en la base de la vida espiritual de los tiempos modernos. Impedir la competencia entre ideologías, es reestablecer el dogmatismo y la ortodoxia, es subordinar la vida del pensar al poder político. Negar todo valor a las ideologías es llevar la vida política a una lucha armada por el poder, en el cual saldrá vencedor indiscutiblemente, el jefe militar de mayor influencia.

Permitir a las universidades funcionar y salvaguardar la libertad académica, es reconocer la existencia de otros valores diferentes a la fuerza, es admitir que ninguno de ellos esta amparado a la critica, que ninguna ideología no puede contar con una fuerza bruta para asegurar su supervivencia.


Chaim Perelman
Anales del Instituto de Filosofía de la Universidad de Bruselas
1.969.